Una buena ama de llaves procura que el sucio y el polvo no se acumule en rincones y esquinas, y sobre las tablillas. Periódicamente, la casa se revuelve y se le da una limpieza total. Demasiado a menudo en nuestras vidas permitimos que las cosas negativas se acumulen en los rincones de nuestra mente. Afrontamos los problemas obvios a medida que se van presentando, pero le permitimos a las pequeñas dificultades que se amontonen en las esquinas, o quizás las empujamos al subconsciente, y tratamos de olvidarnos de ellas.
Por ejemplo, si se nos presenta un problema de salud o de finanzas, nos ponemos a trabajar al respecto inmediatamente; pero si, por el contrario, alguien nos ha injuriado, en vez de manejar espiritualmente el incidente en ese momento, lo guardamos y, quizás, hasta lo empacamos con algo de resentimiento.
Nos comportamos de la misma manera con muchos problemas de índole similar, tales como envidia, celos, falso orgullo y diversas fallas de carácter. Estos problemas deberían ser tratados a medida que se van dando. Pero, sea como fuere, si has permitido que se acumulen, ahora es el momento correcto para barrerlos y sacarlos de las esquinas donde se han acumulado.
Si alguien te ha injuriado, perdónale ahora, y termina con eso de una vez. O si has herido a otra persona, pide el perdón de Dios y reclama Su bendición sobre la otra persona, así como también sobre ti mismo. Encárgate de todas las otras dificultades de manera similar.
Sé una buena ama de llaves. Barre estas cosas negativas fuera de tu casa, no "bajo la alfombra", ya que sólo permanecerán allí para fastidiarte más tarde. Limpia todo rincón y esquina —y Dios te hará merecedor de mayores logros en el futuro, porque tu casa estará basada sobre la roca de la Verdad, y nada más.
Por ejemplo, si se nos presenta un problema de salud o de finanzas, nos ponemos a trabajar al respecto inmediatamente; pero si, por el contrario, alguien nos ha injuriado, en vez de manejar espiritualmente el incidente en ese momento, lo guardamos y, quizás, hasta lo empacamos con algo de resentimiento.
Nos comportamos de la misma manera con muchos problemas de índole similar, tales como envidia, celos, falso orgullo y diversas fallas de carácter. Estos problemas deberían ser tratados a medida que se van dando. Pero, sea como fuere, si has permitido que se acumulen, ahora es el momento correcto para barrerlos y sacarlos de las esquinas donde se han acumulado.
Si alguien te ha injuriado, perdónale ahora, y termina con eso de una vez. O si has herido a otra persona, pide el perdón de Dios y reclama Su bendición sobre la otra persona, así como también sobre ti mismo. Encárgate de todas las otras dificultades de manera similar.
Sé una buena ama de llaves. Barre estas cosas negativas fuera de tu casa, no "bajo la alfombra", ya que sólo permanecerán allí para fastidiarte más tarde. Limpia todo rincón y esquina —y Dios te hará merecedor de mayores logros en el futuro, porque tu casa estará basada sobre la roca de la Verdad, y nada más.
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