La cosa más importante de todas que se puede poseer es la paz mental. En el mundo no hay absolutamente más nada que se le equipare en valor. La vida no puede ofrecer algo más importante y, sin embargo, pareciera ser lo último por lo cual trabaja mucha gente. Se esfuerza tanto espiritual como materialmente por todo lo demás bajo el sol, mientras que si lo tuviera todo y careciera de paz mental, seguiría siendo miserable. Si alguien se te acercara con un billón de dólares en una mano y paz mental en la otra, de tomar tú el billón de dólares, serías la persona más tonta en todo el planeta Tierra.
La paz mental abarca todo lo demás. Si la tienes, no importa qué puedas ser o cuáles puedan ser las condiciones que te rodean, todo estará bien. Aún si la imagen externa fuera de por sí desagradable, no te causaría ningún pesar si tuvieras paz mental, y muy pronto dicha imagen inevitablemente cambiaría para mejor.
La paz mental es, sin lugar a dudas, el más grande de los regalos de Dios. Ora por esto, y lo demás se arreglará por sí solo. “La paz os dejo, mi paz os doy”, dijo Jesús, denotando que éste era el mayor bien que nos tenía que dar. Y, en verdad, la paz mental es la única cosa que importa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario