domingo, 27 de febrero de 2011

QUINTO ASPECTO: ALMA

El Quinto Principal Aspecto de Dios es ALMA, y se escribe con "A" mayúscula. No confundas esto con el "alma" escrito con "a" minúscula que es lo que la sicología moderna llama a la siquis y que es otro nombre para tu mente humana que consiste de cu intelecto y tus sentimientos.

 Alma es ese Aspecto de Dios por virtud del cual El es capaz de individualizarse a Sí mismo. La palabra "individual” significa exactamente lo contrario. A ellos les sugiere separatividad pero están errados. "Individuo" quiere decir indiviso, y Dios tiene el poder de individualizarse a Sí mismo sin —como quien dice- desmenuzarse en partes.

Dios se individualiza a Sí mismo como el hombre, por lo que todos somos en realidad una individualización de Dios. Dios puede individualizarse a Sí mismo en un número infinito de seres distintos (o unidades de conciencia), y, sin embargo, no estar separado en forma alguna. Sólo Dios puede hacer esto porque es Espíritu. La materia no puede ser individualizada. Sólo puede ser desmenuzada. Así, si fueras a rasgar media página de este libro, y a romperla en pedacitos, habrías dividido la página. El resto de la página sería más pequeño por la cantidad de papel que se le rasgó; y la página en su totalidad sería la suma de todos los fragmentos. Esto es división; no es individualización. El espíritu, no obstante, puede ser individualizado y esta posibilidad es el Aspecto de Dios que llamamos Alma.

Esta será una idea bastante nueva para mucha gente (nuestro entrenamiento acostumbrado nos prepara solamente para entender la materia), por lo que deberías pensar al respecto muchas veces hasta que estés satisfecho de que lo entiendes a cabalidad.

Así que tu verdadero ser—el Cristo Interno, el hombre espiritual, el "Yo Soy" o la chispa Divina, como es llamado en diferentes formas— es una individualización de Dios. Son ustedes la presencia de Dios en el punto en que se encuentran. Por supuesto que esto no quiere decir que eres un absurdo diosecito personal. Eres una individualización del único Dios Uno."

Puede el hombre muy apropiadamente ser comparado con un bombillo eléctrico. La corriente eléctrica está presente en todas las partes del circuito, pero brilla hacia delante —o podría uno decir figuradamente que se hace auto-consciente— en el bombillo. Así la Mente Divina se hace auto-consciente en ustedes, y eso es lo que son. Jesús, que le enseñó a los pobladores de un país vinícola, dijo: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos.” Obviamente la vida en los pámpanos es la vida común a toda la vid expresada en ese lugar en particular, y si un pámpano es desprendido de la vid, se muere. Ahora bien, el hombre no puede en realidad estar separado de Dios, pero sí puede estar separado en creencia humana; y cuando se da la creencia de la separación, le sigue la creencia en la muerte en un mayor o menor grado. Los grados menores son lo que llamamos enfermedad depresión, desánimo y ancianidad. En grado mayor se convierten en la creencia en la muerte propiamente dicha, cuando perdemos el cuerpo en su totalidad y desaparecemos de este plano, dejando el cuerpo atrás. El pensamiento de muerte es, en realidad, una carga de miedo extremadamente aguda.

Me gustaría advertir al lector que éste no es un tema cuya maestría se logra rápidamente. Será necesario releer muchas veces este asunto y orar mucho pidiendo iluminación para entenderlo completamente; y uno debería estar en guardia para no saltar a conclusiones precipitadas.

Caer en la cuenta, en alguna medida, de que eres una individualización de Dios de ninguna manera podría hacerte egotista o vanidoso. Por el contrario, te daría una verdadera humildad y, al mismo tiempo, una verdadera auto-confianza; y, por supuesto, es el único camino para superar el miedo.

Algunos de los antiguos egipcios hablaban del hombre como un rayo del sol, y la misma idea parece habérsele ocurrido a ciertos aborígenes americanos. Ésta es una idea maravillosa y expresa la verdad bellamente. Si trabajas regularmente realizando esta unicidad con Dios, cambiarás para mejor lo cual será aparente en todo reconocimiento que se te haga. Tu cuerpo y mente apenas si serán reconocibles. La gente dirá que no eres tú, que tienes que ser un hermano más joven, y ¡cuan superior eres a tu hermano mayor! Por otra parte, sí piensas negativamente de ti mismo, si crees que eres un miserable pecador y sigues repitiéndolo, ésa será la mejor manera de convertirte en tal "hermano mayor".

El Aspecto de Dios como Alma es el que hay que realizar cuando eres llamado a llevar a cabo alguna tarea o asumir alguna responsabilidad que parece demasiado grande para ti. Por ejemplo un oficinista en un negocio puede ser llamado de repente a que asuma el puesto de gerente, quizás permanentemente, y siente miedo porque no se siente capaz de hacerlo. O en un barco a la mar un suboficial inexperto, debido a una serie de accidentes, puede ser llamado repentinamente a asumir el mando de la nave. En ambos casos, la persona en cuestión debería trabajar sobre el Aspecto de Dios como Alma, cayendo en la cuenta de que él es una individualización de Dios y que, por lo tanto, Dios trabaja a través de él. Si la persona logra esto lo suficientemente claro, se sorprenderá de cuan bien marchará todo, y él mismo habrá entrado en una categoría superior de trabajo.

Cuando realizas que eres uno con Dios la tarea se convierte en ''Nuestra cuestión" en vez de "mi cuestión" porque Dios es tu socio. Por supuesto, cuanto entras a esta sociedad constituye una parte esencial del contrato que practiques la Regla de Oro. Todos aquellos con quienes trates deberán recibir un trato justo, lo cual quiere decir que los habrás de tratar exactamente como desearías que te trataran a ti si la cuestión fuera a la inversa.

Los dedos del gran pianista no están en el negocio por cuenta propia —como quien dice. Sus dedos no son independientes, son parte de él. Ellos le expresan a él sobre las teclas y no tienen que preocuparse en pensar qué notas tienen que tocar o cuestionarse si serán capaces de hacerlo. Saben que se encontrarán a sí mismos tocando las notas correctas, porque el maestro toca a través de ellos o por medio de ellos. Dios es Dios, y alguien correctamente dijo: “El hombre es el por-medio-de.!

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