Otra de las grandes leyes mentales es la Ley de la Relajación. En todo trabajo mental , el esfuerzo se derrota a sí mismo. Mientras más esfuerzo realice, menos resultados obtendrá. Esto, claro , es el opuesto de lo que encontramos en el plano físico, pero no nos sorprenderá porque sabemos que, en muchos casos, las leyes de la mente son el reverso de las leyes de la materia.
En el plano físico, generalmente mientras más esfuerzo se realiza , mayor es el resultado. Mientras mayor sea la fuerza que se aplica a un taladro, con mayor rapidez atravesará una plancha. Mientras mayor sea la fuerza con que se martilla un clavo, con mayor rapidez penetrará en la pared. Mientras mayor sea la fuerza con que se cava, más rápido se abrirá una zanja. Sin embargo, exactamente lo opuesto ocurre con el pensamiento.
Cualquier intento de presión mental está condenado de antemano al fracaso porque en el momento en que comienza la tensión, la mente deja de funcionar con creatividad y se limita a trabajar según el viejo molde habitual. Cuando uno trata de forzar las cosas mentalmente, cuando uno trata de apresurarse mentalmente, sencillamente detiene su poder creador. Para que la mente vuelva a ser creativa, hay que suprimir su tensión mediante un relajamiento consciente.
En todo trabajo mental, sea relajado, apacible, y no se apresure, pues el esfuerzo se derrota a sí mismo.
“La quietud y la confianza serán vuestra fuerza”. Isaías 30..15
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