domingo, 6 de marzo de 2011

INCONSCIENCIA APARENTE

Cuando una persona "muere", sucede a veces que en vez de caer en un coma inmediatamente después que se rompe el Cordón de Plata, puede que haya un intervalo de horas o más en que retendrá la plena posesión de sus facultades; y a veces la persona no cae en, la cuenta de que está "muerta" aunque, como regla general, ve el cuerpo físico acostado allí y sabe lo que ha pasado. En tales casos la persona hará un esfuerzo exhaustivo por comunicarse con sus amigos íntimos. Supongamos, por ejemplo, que un hombre muere en la calle y retuvo sus facultades según dijéramos antes. Inmediatamente tratara de regresar a casa a su esposa para decirle lo que pasó. Supongamos que su hogar estaba a diez kilómetros de distancia en los suburbios. Al ahora tener sólo un cuerpo etérico, todo lo que tendría que hacer será pensar vehementemente en su hogar, y se encontraría allá en algunos segundos o menos porque su cuerpo etérico podría pasar a través de casas, colinas o cualquier otro obstáculo físico que pueda estar en su camino. No obstante, puede que la fuerza del hábito le lleve a caminar hasta la estación de tren más cercana y abordar un tren, o puede que se trepe a un tranvía. Al entrar a su casa llamaría instintivamente a su mujer pero, al carecer de órganos físicos, no se produciría sonido alguno. El esfuerzo sería puramente mental y ella no oiría nada. Es probable que entonces el camine hacia ella y trate de agarrarla por el brazo. Pero su sustancia etérica simplemente pasaría a través del brazo de ella sin hacer ninguna impresión. Puede pasar, no obstante, en tal caso que el fuerte esfuerzo mental alcance la conciencia de la esposa o de quienquiera que esté tratando de alcanzar, y que entonces ella diga después: "MÍ marido se me apareció por un instante cuando lo mataron." El pensamiento del marido estaría tan cargado de emoción que sería lo suficientemente fuerte, al llegar a ella, para causarle a la esposa el proyectar un momentáneo pensamiento-forma del esposo. Sin embargo, puede que no sea lo suficientemente fuerte como para hacer esto, y entonces diría simplemente: "Yo sabía que algo le había pasado a mí marido mucho antes de que me dieran la noticia". Esta es la explicación para la mayoría de estas historias que tan comunes son. De la misma manera, ha habido personas que han asistido a su propio funeral antes de pasar al otro lado. Vale la pena señalar que en vista de que la muerte no produce ningún cambio general en nosotros, aquellos que poseen un sentido de humor o conservan, y aquellos que no, siguen sin reír; y en tales ocasiones, aquellos que cuentan con este útil don son entretenidos de sobremanera por estos procedimientos, y los que no lo tienen reaccionan de la manera esperada. 



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