La palabra “salvación”aparece más de ciento veinte veces en la Biblia. En generaciones pasadas, la gente religiosa la empleaba constantemente, aunque no se escucha con tanta frecuencia hoy en día, es cierto que sigue siendo una de las palabras más importantes en la Biblia, y también, como ocurre a menudo en estos casos, una de las menos comprendidas.
El término “ salvación” , en la Biblia, significa perfecta salud, armonía y libertad. Cuando uno tiene un cuerpo tan sano que vivir es en sí una alegría, cuando uno vive bajo condiciones completamente armoniosas, cuando uno ocupa su tiempo con actividades útiles y gozosas, cuando uno aumenta a diario la comprensión de Dios y cuando uno no está consciente de ningún temor, uno tiene salvación en el sentido bíblico de la palabra.
Estas cosas, son las que quiere Dios para los hombres, para usted personalmente, y la Biblia se escribió para indicarnos cómo alcanzarlas.
Ganamos la salvación buscando a Dios en el pensamiento, y dejando que El actúe a través de nosotros, rehusando dar poder a condiciones externas, adiestrándonos para rechazar el temor.
“El Señor es mi luz y mi salvación”, “El sólo es mi roca y mi salvación”, “Tus carros de victoria”, “Y suscitó a favor nuestro un poder salvador”, “ Y toda carne verá la salvación de Dios”. Textos como los anteriores son característicos de las promesas de la Biblia sobre la salvación. La plegaria de Habacuc ilustra la angustia mental que a menudo acompaña a la actividad (la cólera) de Dios en nuestras almas, cuando las dificultades afloran para ser eliminadas y llega un período de tensión antes de la manifestación.
A algunas personas la salvación les llega suavemente, fácilmente, pero la mayoría, por ahora, tiene que conseguirla con un cierto grado de “Temor y estremecimiento” . La forma en que llega no es realmente importante, pues llegará, siempre que la busquemos con todo nuestro corazón.
Es un excelente ejercicio buscar la palabra “Salvación” en una concordancia, leer los versos donde figura e interpretarlos, espiritualmente , por supuesto. Salmos 27;1; Salmos 62:2; Habacuc 3:8; Lucas 1:69; Lucas 3:6.
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