De nuevo, una de las principales diferencias entre este plano y el siguiente es que allá hay cuatro dimensiones mientras que aquí, por supuesto, sólo conocemos tres. Todos los objetos allá son cuatridimensionales, y le llevará algún tiempo acostumbrarse a ello. Claro que no podemos describir en palabras aquí un objeto cuatridimensional, pero podrán ustedes fácilmente ver que esto implica una extensión enorme de experiencia y, por ende, de interés. Si consideran cuan tremendamente se expandiría el mundo de un ser bidimensional —digamos, una lombriz— si se volviera tridimensional, podrán ustedes visualizar cuánto interés adicional siente uno cuando pasa al otro lado.
Desafortunadamente, algunos escritores tienen el hábito de hablar del Cielo como la Cuarta Dimensión. Esto está totalmente equivocado porque el Cielo es un mundo de infinitas dimensiones. Lo que los escritores metafísicos dicen del Cielo es generalmente correcto excepto que no es la Cuarta Dimensión.
También, en el siguiente plano hay nuevos colores y nuevos sonidos que, en belleza, superan con creces a los colores y sonidos que aquí tenemos, y es un hecho que cualquier cantidad de experiencias nuevas le estarán esperando al viajero al llegar.
Quizás el cambio más sorprendente que el viajero tendrá que enfrentar es el hecho de que allá la lectura de pensamiento es el medio normal de comunicación. En el otro mundo los pensamientos se leen directamente y, por ende, no hay lugar a engaño alguno. A todo el mundo se le ve exactamente como es, sin que haya espacio alguno para la hipocresía o la pretensión. Allá es totalmente desconocido el trabajo y esfuerzo mental de "mantener las apariencias" que tanto desgasta la vida de tanta gente tonta por acá. Uno pasa por lo que uno es, y allí termina el cuento. Uno se acostumbra pronto a esto y, por otra parte, nadie alIá desea que la cosa sea de otra manera.
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